Pedir perdón alivia al culpable.
Pedir perdón, una, dos o más veces, termina aliviando al culpable. Más al ofendido que no puede perdonar -porque la causa es grave- muy tarde le llega el consuelo...si le llega.
El culpable al no recibir respuesta, se cansa de pedir perdón y expurga sus culpas. El ofendido (por causas muy graves, que no se pueden perdonar) se queda como un ciego perdido en la bruma.
jorge Horacio Richino.