Desaparecidos Faraones.

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Frecuentemente he leído a varios especialistas en el tema de las dinastías egipcias, que abonan la teoría de que muchos faraones no han sido encontrados dentro de sus sarcófagos y que supuestamente estos últimos podrían ser el vehículo para que las momias -junto a su espíritu- se transportaran hacia algún lugar determinado del enorme espacio universal, para supuestamente continuar allí una forma de vida nueva y eterna.
Por tal cuestión - seguramente - eran sepultados con un montón de riquezas y bienes que le pertenecieron durante el transcurso de su vida en esta Tierra.
Pero también se puede deducir algo totalmente diferente, sin necesidad de alimentar las mentes de la gente con suposiciones que bien podrían ser falsas. Por lo tanto no deberían darse como muy seguras ningún tipo de deducciónes o presunciónes haciendo creer que éstas tendrían un valor cercano al 80/90% de certeza.
Sabemos que las grandes expediciones que se organizaron por parte de exploradores y científicos europeos durante el siglo XIX y principios del XX, en muchos casos no habrán querido (o tal vez no se les haya permitido revelar la realidad absoluta de sus descubrimientos) poner a luz la totalidad de los secretos descubiertos.
Por qué no pensar, entonces, que las momias fueron halladas en virtud de salteadores de pirámides que operaron antes que los expedicionarios (en algunos casos se dijo que los sarcófagos se encontraban abiertos y dañadas algunas de sus partes para extraerles posibles incrustaciones de oro y otros metales de valor y piedras preciosas) fueron los que se apoderaron de tanta riqueza. Como también porqué no pensar que alguna de las expediciones antes mencionadas se llevaron el botín y luego hicieron un relato distinto de los hechos.
Lo cierto es que la idea de sostener alguna creencia espiritual o religiosa en el hombre, proviene desde -yo diría- los comienzos de la vida humana; es por ello que sepultaban a sus faraones con sus bienes personales, para que llevaran éstos hacia la otra vida.
Lo importante es no alegar teorías no seguras y no alimentar tantos fantasmas en la gente que les hace suponer cosas muy misteriosas sobre la existencia del hombre en la tierra (lo que está directamente relacionado con cuestiones religiosas o conjeturas sobre una vida más allá de la muerte, y las consecuentes deducciones a que podrían arribar merced a declaraciones que bien podrían ser totalmente falsas).
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Jorge Horacio Richino.
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